Estamos acostumbrados a vivir con dolor, nuestras actividades diarias nos llevan al dolor y nosotros lo hacemos parte de nuestra vida. Sabemos que estar sentados por mucho tiempo nos causa problemas, sabemos que el uso excesivo de computadora trae complicaciones en muchos niveles, conocemos los riesgos de una vida sedentaria y aún así nos aguantamos el dolor y seguimos adelante con nuestras vidas.
En mi experiencia, un 80% de las personas que llegan a clase de Pilates lo hacen con dolor de espalda, desde “dormir chueca” hasta dolores crónicos, todos hemos presentado molestias en la espalda y si le ponemos un poco de atención, tiene sentido…
La espalda es, básicamente, el sostén de nuestro cuerpo, gracias a la columna vertebral y a toda una red de músculos grandes y pequeños es que podemos mantenernos erguidos. ¿Qué pasará si estos músculos no cumplen su función?
Primero hay que entender que ninguna parte de cuerpo trabaja “por si sola”, siempre se están ayudando y sosteniendo entre sí, la espalda no es la excepción, para saber porqué nos duele la espalda primero hay que identificar dónde está el dolor.
Hay muchos parámetros a tomar en cuenta cuando tratamos de evaluar un dolor del cuerpo, pero vamos de menos a más…
Lo más común son dolores puntuales en cualquier sector de la espalda, alguna molestia que se produce al estar demasiado tiempo en una posición, al estar mucho tiempo de pie o sentados se puede producir dolor en la zona lumbar, sin embargo, estas molestias se pueden sentir también en espalda media y alta debió a otras posturas como lo son estar frente a la computadora o cargar a un bebé todo el día. Estos dolores pueden permanecer durante varios días, semanas o meses antes de convertirse en algo crónico.
Por otro lado, encontramos dolores más agudos y constantes que tienen a molestar otros sectores de la espalda o extremidades, en este caso es indispensable visitar a un profesional de la salud para valorar correctamente el diagnostico y así su tratamiento. Un dolor agudo de este tipo puede ser síntoma de una lesión profunda de la musculatura e incluso que este dañada alguna articulación; en casos muy extremos la suma de ambas cosas.
En un tercer grado tenemos los dolores paralizantes, como su nombre lo indica son dolores que debido a su intensidad impiden el movimiento, el ejemplo más habitual es el de las hernias en la columna, cuyo síntoma estelar es justamente un bloqueo en el movimiento de la cadera; la historia de una persona que se agachó para recoger el jabón en la ducha y se quedó “trabada” al intentar volver es de lo más común cuando hablamos de hernias discales, así mismo vemos síntomas similares con hernias a nivel del cuello, los síntomas incluyen entumecimiento y pérdida de control de las extremidades superiores desde el hombro hasta los dedos.
En todos los casos, el problema suele venir de un traumatismo constante debido al mal uso de los músculos, específicamente de unos que se llaman “músculos estabilizadores” que, como su nombre lo dice estabilizan el cuerpo. Tenemos músculos estabilizadores por todo el cuerpo, pero los del torso suelen ser los más afectados y los menos trabajados.
Un correcto trabajo de los músculos estabilizadores viene desde la respiración, recomiendo leer el blog anterior “Manual práctico para mejorar tu respiración pt.1”, pero los músculos estabilizadores SIEMPRE están trabajando, aunque la mayoría del tiempo lo hacen de una manera incorrecta y gracias a eso otros músculos se sobre esfuerzan y llega nuestro fiel amigo el dolor de espalda.
¿Existe una cura para el dolor de espalda?
La mejor cura es la prevención, mantener un cuerpo móvil y activo para evitar el sedentarismo, sin embargo, muchas veces ir al gym, crossfit, yoga, hacer ejercicio en general puede lastimarnos; esto pasa porque transportamos nuestros vicios de postura a nuestras posturas de ejercicio, quitándonos estabilidad y calidad de la fuerza. Lo ideal es tener instructores y coaches preparados y certificados para asegurar nuestro bienestar y evitar lesiones.
No se trata solo de moverse sino de moverse con conciencia del cuerpo, así, no solo mejorará tu aspecto físico sino también el contacto y la relación con tu cuerpo, debemos aprender a reconocer nuestros dolores para tomar las acciones pertinentes, ya sea una sesión de estiramiento o una visita al fisioterapeuta.
Mi última (y obligada) recomendación es hacer Pilates, sin duda puede ayudarte a mantener un cuerpo super móvil y consciente, trabajando con tus músculos estabilizadores de manera directa; obviamente en estudios certificados y con instructores de Pilates capacitados, hay mucho que saber antes de ponerse a “jugar” con los cuerpos de otras personas.
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